La asistencia financiera de Estados Unidos a la Argentina se instaló en el centro del debate en ambos países, al generar dudas sobre las condiciones de su aprobación y los compromisos que podría implicar a futuro.
Un ex asesor del Tesoro durante la administración de Barack Obama advirtió que el swap por 20.000 millones de dólares demandaría utilizar el 72 por ciento del Fondo de Estabilización Cambiaria disponible por el gobierno norteamericano. También remarcó que, por estatuto, esa ayuda sólo podría concretarse en un plazo de seis a doce meses sin pasar por el Congreso de Estados Unidos, y subrayó que las condicionalidades deberían ser estrictas, siguiendo el antecedente del acuerdo con México.
A la discusión pública en los Estados Unidos se sumó este martes una formalidad: senadores demócratas le enviaron una carta a Trump solicitando que no brinde asistencia financiera a Argentina y que se concentre, en cambio, en defender a los agricultores locales, afectados por la quita de retenciones que implementó el Gobierno de Javier Milei.
La desconfianza también fue corroborada por Brad Setser, ex funcionario del Tesoro durante la administración de Barack Obama y miembro actual del Consejo de Relaciones Internacionales, en un artículo publicado en el Financial Times.
Advertencia
Setser advirtió que un swap de 20.000 millones de dólares a Argentina liquidaría el 72 por ciento del dinero del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF, por sus siglas en inglés) del gobierno americano, ya que según el último registro mensual oficial ese instrumento cuenta con 27.000 millones de dólares entre títulos del Tesoro y monedas extranjeras.
“El préstamo de rescate estadounidense ya está en trámite”, aseguró Setser. De concretarse entonces Argentina se convertiría en el principal deudor del Tesoro norteamericano, al igual que ya sucede con el FMI. El ESF también posee Derechos Especiales de Giro (DEG) por valor de 173.000 millones de dólares, pero Argentina no quiere ni necesita DEGs.
“Javier Milei ha reducido drásticamente el gasto de su propio gobierno, pero no ha mostrado objeción a utilizar fondos públicos de otros”, comenzó su artículo Setser. Los fondos ajenos son los 20.000 millones de dólares del FMI –de los cuales se desembolsaron 12.000 millones en abril pasado- y los 20.000 millones adicionales de la línea de swaps del Fondo de Estabilización Cambiaria que otorgará el gobierno de Estados Unidos. A esto deberían sumarse futuros desembolsos del BID y Banco Mundial presionados por el oficialismo de Donald Trump, según distintas estimaciones Argentina podría recibir sumas de 3.000 y 4.000 millones respectivamente.
Al respecto de las condicionalidades que deberán cumplirse, Setser afirmó que “las anteriores líneas de rescate del Tesoro han conllevado una amplia condicionalidad, un escrutinio intrusivo y la promesa de recursos para su reembolso”.
Antecedente
La última vez que el ESF se utilizó de forma significativa para un socio extranjero —para proporcionar una línea de crédito de 20.000 millones de dólares a México en 1994— , las condiciones fueron exigentes: “Estados Unidos logró que México acordara objetivos políticos concretos, proporcionara detalles sobre el uso del financiamiento estadounidense y otorgara al Tesoro el derecho de veto sobre cualquier desembolso si México no cumplía ciertas condiciones. Además, el país canalizaría sus ingresos por exportaciones petroleras a una cuenta del Banco de México en la Reserva Federal”.
Los rescates incondicionales –como el que parecería querer acercar la administración de Trump al presidente Milei- incentivan malas políticas, en la opinión de este experto. En paralelo, el ex asesor de Obama puso otro reparo al apoyo financiero estadounidense: la restricción en el periodo de otorgamiento que tiene el ESF, que según precisó es una línea de crédito que se extiende de 6 a 12 meses. Para extender el plazo de vigencia del ESF al año que viene el gobierno de Donald Trump debería acudir al Congreso y argumentar circunstancias extraordinarias que enfrentan la Argentina y Estados Unidos. En base a las necesidades del caso argentino, el requerimiento de asistencia financiera se trasladará seguramente a todo el 2026, según este experto.
“Cuando Milei llegó al poder, describió los problemas de Argentina principalmente como déficits fiscales desenfrenados e inflación. Sin embargo, Argentina también ha tenido dificultades durante mucho tiempo para generar las divisas necesarias para reconstruir las reservas y pagar la deuda externa”, consideró Setser.
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