4 de octubre de 2025

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"Ellos no separan on line del off line"

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¿Los celulares aíslan a las personas jóvenes o son traccionadores para las relaciones sociales?, ¿el ciberbullying agudiza la violencia o es simplemente una evidencia de lo que antes ocurría sin ser advertido?, ¿el menor uso de celulares y redes sociales puede disminuirlo? Consultados por Página/12, especialistas de distintas disciplinas vinculadas a la educación dieron su mirada.

Andrea Goldin es investigadora del Conicet y trabaja en el Laboratorio de neurociencias de la Universidad Di Tella y sostiene que desde la óptica de la neurociencia, “las aplicaciones digitales tienen un lenguaje más chato que el cara a cara”: se pierden “las inflexiones de la voz, la gestualidad, el momento de mirarse a los ojos o de esquivar la mirada”. Advierte que las pantallas generan una dependencia de uso permanente y obturan la posibilidad de “no hacer nada”. “Cuando éramos jóvenes y no teníamos celulares, no es que nos quedábamos mirando la pared: estábamos aprendiendo a interactuar con otros cara a cara, a leer las sutilezas de la comunicación física y a aburrirnos, algo que es clave para la creatividad y para tener tranquilidad mental”, explica.

Otra perspectiva apunta a que internet es un espacio en el que los jóvenes que tienen dificultades para comunicarse cara a cara, pueden entablar relaciones. “Muchas veces es un paso previo, no es que una cosa reemplaza a la otra”, sostiene Lucila Didier –doctora en Educación por la Universidad Nacional de San Luis–, que en sus investigaciones en las escuelas encontró que “las comunicaciones que los alumnos tenían en el espacio digital eran una continuidad con su espacio físico. En la mentalidad de los jóvenes no se diferencia el espacio digital y off line, como tal vez ocurre para los adultos”.

Roxana Morduchowicz –doctora en Comunicación y consultora en Ciudadanía Digital de la Unseco– encontró lo mismo en las entrevistas con jóvenes. “Muchos adolescentes me decían ‘no me animaba a hablar con una persona, invitarla a salir, pero después de conectarla por redes sociales, me animé’”, cuenta. La autora de “Los chicos y las pantallas” –publicado en 2022–, sostiene que “la mediación de la pantalla favorece a que el chico no se tenga que exponer a sentirse exhibido u observado”. Sin embargo, advierte que el universo digital entraña riesgos: “los chicos piensan que solo sus amigos leen o ven sus perfiles o cuentas. Es necesario enseñarles a medir el alcance de internet”.

En ese sentido, el ciberbullying aparece como uno de los problemas que más afecta a los adolescentes. “Antes el bullying empezaba y se terminaba en la escuela. Ahora sucede 24/7 en el celular –comenta Golding–. Es muy intenso y demandante, sobre todo en momentos de desarrollo como la infancia y la adolescencia, cuando estás formando tu personalidad y tratando de encajar en grupos de pertenencia”.

Nuevamente, se abre un debate respecto a si es mejor abordar este tema con el celular en las escuelas, o sin el dispositivo. Morduchowicz explica que es parte de la formación en ciudadanía digital: “enseñar a comunicarse y medir el alcance de internet; en la vida real también hay riesgos, pero no se trata de prohibir que los chicos salgan a la calle, sino a enseñarles a cuidarse e interactuar”. 

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