Escuela de Monstruos es una historieta con todos los ingredientes que divierten a los chicos de hoy, gracias a una fórmula que mezcla historias cómicas con la dosis justa de terror liviano. Obra de El Bruno (seudónimo artístico del guionista e ilustrador Mauro Serafini), la historia nació hace 16 años y ahora llega, justo en vacaciones con nuevas entregas, a las páginas de la revista Genios.
¿Quién es Tomi? El protagonista de esta historieta es un chico muy revoltoso, tanto que sus padres deciden inscribirlo en la Escuela de Monstruos que titula la tira, esperando que allí encuentren la forma de controlar su espíritu travieso. Claro que ellos pensaban que estaban anotando a su hijo en una institución para chicos “problemáticos” y no sospechaban que en realidad el nombre de la institución era literal. Así, Tomi repentinamente se ve concurriendo a clases con momias, niños lobos, zombis, vampiros y más personajes fantásticos y (supuestamente) terroríficos.
Desde su aparición, en el año 2009 en las páginas de la revista Billiken, las tiras de Escuela de Monstruos viene proponiéndoles a los chicos una divertida puerta de entrada al mundo de la lectura. Tanto que los libros compilatorios llegan al tomo número 13. Los publica Editorial Sudamericana, que en paralelo reeditó los cinco primeros.
¿Quién es El Bruno? El «papá» de Tomi nació en Brasil en 1978, donde fue adoptado por padres argentinos que pronto se mudaron a la ciudad de Buenos Aires. “Nací con un lápiz en la mano, creo que empecé a dibujar antes incluso que a caminar”, le cuenta a Genios. Al crecer probó estudiar Veterinaria y trabajó en distintas ocupaciones: “Hasta que un día me di cuenta de que yo ya tenía algo que sabía hacer y me gustaba. Totalmente autodidacta, aunque pasé un período por los talleres de Sótano Blanco, empecé a tomarme más seriamente el dibujo como profesión. Mientras trabajaba en un locutorio y en un estudio de producciones multimedia para los celulares de esa época, empecé a publicar mis primeros trabajos”.
“El primer proyecto grande -continúa El Bruno- fue dibujar Las Tortugas Ninja para una editorial inglesa. En paralelo, seguí haciendo múltiples trabajos, como fanzines y tiras para revistas pequeñas, que compilé en mi primer libro, Humor etílico, y al tiempo me convocaron en Billiken para dibujar tapas e historietas, aunque nunca había hecho nada para chicos. Siempre fui amante del terror y me fascinan artistas como Stephen King y otros que se lo toman con más humor, como Tim Burton. Por eso propuse Escuela de Monstruos y trabajé con ellos por unos diez años”.
Esa historieta, que ahora llega a la revista Genios, le trajo grandes satisfacciones: “Yo venía con ganas de desarrollar una historia nueva, pero reencontrarme con estos personajes me genera sensaciones súper lindas. Como llego a una camada totalmente nueva de lectores, no pude tomarlos en ese momento evolucionado en que los dejé, sino que tuve que volver a los personajes del principio. Y es un desafío que me encanta”.
“El contacto con los chicos, y no tan chicos, que me cuentan su vínculo con Tomi y sus amigos, me emociona –comenta El Bruno-. Siempre tuve facilidad para vincularme con los niños, y cuando participo en ferias o exposiciones resulta muy natural y satisfactorio ver que me tratan con tanto cariño. A mí no me serviría de nada vender 3 millones de ejemplares de los libros, si no tuviera esta respuesta de los chicos. Ese es mi verdadero combustible”.
En librerías y en colegios es frecuente que lo inviten a coordinar los talleres llamados Fábrica de Monstruos, en los que los chicos desarrollan criaturas tenebrosas en modo cooperativo. Es realmente fascinante ver a El Bruno en acción y cómo interactúa con los chicos. “Son acciones que disfruto muchísimo y todos la pasamos bien. Una forma de estar enterados de cuándo se realiza alguna, o de contactarme para ver si puedo acercarme a alguna institución es a través de @escuelademonstruosok, en Instagram”, aclara.
“Hay mucho de Tomi en mí -reconoce Mauro-. Fui un alumno realmente complicado, pero en realidad, hay mucho de mi infancia y de la infancia de mis amigos en todos los personajes de la tira. El mayor castigo que me hizo mi padre cuando me mandé una grave, fue cortarme el pelo. Por eso, cuando pensé en Tomi, me di cuenta de que tenía que estar rapado. No por sus padres, pero tenía que ser así. Otro tema que se ve reflejado es que desde chico me amenzaban con mandarme a un colegio pupilo. ¡Y la Escuela de Monstruos es así! Pero seguramente a mí me hubieran enviado a un colegio muy distinto…”. El autor encuentra otro rasgo en común: «Nos cansamos rápido. Por eso, necesito constantemente probar cosas nuevas. Sin dejar de dibujar, también he incusionado en la música (como cantante de la banda punk Agente Feldon), el tatuaje, la pintura de murales, algo de actuación, el diseño de tapas de discos, y más.”
Escuela de Monstruos se suma así a las otras historietas que ya salen en la revista Genios: Batu, de Tute; Había una y otra vez, de Corne y Grandes amigos e Historias futboleras, de Emiliano Migliardo. Desde sus primeros números, la revista infantil consideró a los cómics como uno de sus principales contenidos. Está demostrado que la historieta es uno de los géneros más atractivos para que los chicos se inicien en la literatura, por las ilustraciones y los textos cortos que promueven la imaginación. Por su cercanía con el cine o la animación, constituye una experiencia cercana al juego que puede despertar el placer por la lectura.
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