3 de octubre de 2025

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Gracias al rechazo científico, se canceló la presentación de Ludovica Squirru en el Planetario

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Luego de la controversia generada, se suspendió la presentación del nuevo libro de Ludovica Squirru Horóscopo chino: caballo de fuego, que se iba a realizar en el Planetario Galileo Galilei el próximo sábado a las 18. La cancelación fue luego de que la comunidad científica, a través de la Asociación Argentina de Astronomía, cuestionara el hecho a partir de una carta formal y también provocara un fuerte rechazo en redes sociales. Sencillamente, difundir una pseudociencia como la astrología desde un sitio que promueve la astronomía y la ciencia como el Planetario, significa una afrenta. La editorial (Penguin Random House) y Squirru decidieron que lo mejor era posponer la jornada y buscar otra locación.

Con fecha del 1° de octubre, la Asociación Argentina de Astronomía había cuestionado la realización del evento y había pedido su cancelación. Con la firma de su presidenta Mariana Orellana, la carta se dirigía a Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. “Me dirijo a usted en nombre de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Astronomía, la cual agrupa a astrónomos e investigadores científicos de todo el país, a fin de manifestar nuestra enorme preocupación y categórico rechazo al evento a realizarse en el Planetario Galileo Galilei el próximo sábado 4 de octubre, donde la astróloga señora Ludovica Squirru presentará su libro”.

Y, luego, la carta de la Asociación resumía por qué la presentación de un libro de pseudociencia en el Planetario representaba una ofensa. “Es un agravio a la comunidad científica y educativa que trabaja incansablemente por la promoción de la ciencia en Argentina; un retroceso en la educación y la enseñanza de las ciencias, al difuminar las fronteras entre el conocimiento riguroso y creencias sin fundamento científico, en una institución pública dedicada a la ciencia”. Y también: “Una deshonra a la trayectoria del propio Planetario, cuya misión es promover la divulgación de las ciencias, posibilitando que el conocimiento astronómico trascienda el mundo académico y sea accesible a todas las personas”.

Voces de rechazo

Beatriz García, doctora en Astronomía e investigadora del Conicet, señala a Página/12: “Cuando las cosas escalan y uno ve que la pseudociencia empieza a entrar en ámbitos netamente científicos o que pretenden comunicar la ciencia a la comunidad, hay límites que debemos marcar. Un planetario no es un ámbito para presentar un libro de astrología como tampoco sería un ámbito, por ejemplo, para hacer una ceremonia religiosa”.

Después, sigue con su reflexión: “Es un planetario que tiene muchas décadas, que fue creado para comunicar la ciencia al público, que lo ha hecho con gran nivel a lo largo de mucho tiempo. La astronomía, como la ciencia más antigua a la que se ha dedicado la humanidad de manera sistemática, es una disciplina que debería ser apreciada”.

Otro de los que había demostrado su enérgico repudio había sido el astrónomo, divulgador y exdirector del Planetario de la Universidad Nacional de La Plata, Diego Bagú. De esta manera, se expresó en su canal de YouTube y redes sociales: “Pensé que se trataba de una noticia falsa”, y manifestó su “estupor, bronca, asombro, preocupación y mucha vergüenza ajena”. 

“Aunque parezca contradictorio, no tengo nada realmente personal con la señora Squirru (…) Es tan solo una descripción de alguien con quien me encuentro en las antípodas respecto a su cosmovisión, sus intereses personales, sus objetivos profesionales”, sostuvo Bagú.

Hasta en la sopa

De hecho, el éxito de Squirru no sale de un repollo, sino que se explica por el lugar que tiene una pseudociencia como la astrología en la vida cotidiana. Aunque no es medida de todas las cosas, el mercado confirma las hipótesis: basta con pasar por la vidriera de cualquier librería para notar la enorme proliferación de libros que hacen culto de la astrología y de otras prácticas por el estilo.

La política tampoco está exenta de oscurantismo ni mucho menos. Así lo advierte García: “Es inaceptable que haya diputadas que adhieran a conceptos como el de la tierra plana. En el Gobierno tenemos gente que también está asociada a temas que son prehistóricos. Algunos son completamente pseudocientíficos y son personas que están guiando los destinos de Argentina”.

Basta con recordar que en mayo de 2024 Lilia Lemoine, diputada de La Libertad Avanza, fue elegida como secretaria 1° de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en la Cámara baja. En aquel momento, la noticia provocó sorpresa porque en diferentes ocasiones había sostenido un pensamiento anticientífico, al asegurar que la Tierra es plana, difundir teorías disparatadas sobre el coronavirus y manifestar sus dudas sobre la llegada del hombre a la Luna.

Incluso, el propio presidente Milei cuestiona el cambio climático provocado por las acciones humanas, pese a las toneladas de evidencia científica que aseguran el origen antropocéntrico del calentamiento global. Como todos pueden opinar de todo, ya nadie teme quedar como un ignorante. Ni siquiera el sillón presidencial hace de límite a los disparates.  

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