7 de octubre de 2025

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JP Morgan: otro revés para Caputo

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El banco estadounidense JP Morgan excluyó a la Argentina de su índice de deuda emergente EMBI +, con lo cual el denominado “riesgo país” dejó de actualizarse en tiempo real para el caso local. La medida, que sorprendió al mercado financiero, se debe a un criterio técnico relacionado con el vencimiento de los bonos que integraban la canasta de referencia y no implica un cambio en la posición del país dentro de los índices más amplios y diversificados del banco. La exclusión, sin embargo, refuerza el aislamiento financiero argentino en un contexto de alta volatilidad.

El EMBI + (Emerging Markets Bond Index Plus) es el principal indicador que mide la diferencia de rendimiento entre los bonos soberanos de los países emergentes y los títulos del Tesoro de Estados Unidos. En el caso argentino, su evolución fue seguida de cerca durante los últimos años como termómetro del costo de endeudamiento.

Según datos recientes, el riesgo país alcanzó los 1456 puntos dos semanas después de la derrota electoral del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, lo que marcó un incremento de 160 por ciento respecto del mínimo del año, de 560 puntos en enero. Posteriormente, con los anuncios de acuerdos financieros con Estados Unidos, retrocedió y se estabilizó entre los 900 y los 1300 puntos, con un último registro de 1080 al cierre del viernes pasado.

JP Morgan informó que la decisión obedece a “una regla técnica de vencimiento” y aclaró que la Argentina continúa presente en los índices de deuda emergente más amplios. La salida del EMBI + se debe a que los bonos que componían la muestra local —en su mayoría títulos reestructurados en 2020— perdieron representatividad y dejaron de cumplir los requisitos de liquidez y vida residual exigidos por el banco.

La pérdida de visibilidad en el EMBI + se suma a una serie de frustraciones oficiales en el frente financiero. En junio pasado, la firma MSCI decidió mantener a la Argentina en la categoría “Standalone”, es decir, fuera del grupo de mercados emergentes, pese a las gestiones del ministro de Economía, Luis Caputo, para lograr una mejora de calificación. El organismo argumentó entonces que el país no reunía aún las condiciones de accesibilidad y previsibilidad necesarias para los inversores internacionales, un criterio que también está presente en las evaluaciones de bancos globales como JP Morgan.

El comportamiento del riesgo país no solo refleja el humor de los inversores, sino también las condiciones efectivas de financiamiento. En la práctica, el indicador mide el sobrecosto que debería pagar la Argentina si buscara colocar nueva deuda en los mercados internacionales, en comparación con los bonos del Tesoro norteamericano. Por eso, su evolución resulta clave frente a los fuertes compromisos de deuda que enfrentará el Gobierno durante los próximos meses.

Según un análisis de la consultora Quantum, fundada y encabezada por Daniel Marx, quien fuera secretario de Financiamiento durante la segunda gestión ministerial de Domingo Cavallo, la Argentina deberá afrontar vencimientos por unos 67 mil millones de dólares entre lo que resta de 2025 y fines de 2026, un período considerado crítico por los analistas. 

Entre los principales pagos figuran los compromisos con el Fondo Monetario Internacional, organismos bilaterales y acreedores privados, junto con las emisiones en moneda local que el Tesoro intenta renovar mensualmente. En ese marco, la pérdida de una referencia internacional como el EMBI + complica la lectura sobre la evolución del costo de financiamiento y limita las comparaciones con otros países de la región.

En los últimos meses, el Gobierno había intentado mostrar señales de normalización financiera, apoyado en un esquema de intervención del Banco Central para mantener estable la cotización del dólar y contener la inflación. Sin embargo, el incremento del riesgo país y la decisión de JP Morgan exponen las limitaciones de esa estrategia y la persistente desconfianza externa. A la vez, reflejan la distancia entre las aspiraciones oficiales de volver a integrar el grupo de economías emergentes y la realidad de un país que todavía enfrenta restricciones severas para acceder al crédito internacional.

El episodio deja en evidencia que la relación con los mercados globales continúa condicionada por factores estructurales y no solo coyunturales. La exclusión del EMBI + puede parecer un hecho técnico, pero revela el lugar marginal que ocupa hoy la deuda argentina en los portafolios internacionales. Mientras tanto, el Gobierno busca transitar los próximos meses con estabilidad cambiaria y cumplir los compromisos inmediatos, en un escenario donde cada punto del riesgo país se traduce en mayor presión sobre las cuentas públicas y sobre las posibilidades de financiamiento futuro.

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