Vecinos y vecinas de Palermo reclaman que las tierras del explayón del ferrocarril San Martín se transformen en un parque público que revitalice la cultura de ese barrio porteño, recuperando la infraestructura existente. Proponen la consolidación de un «bosque urbano» con el nombre del Arroyo Maldonado que corre por debajo de la Av. Juan B. Justo. Parte de los terrenos de los explayones ya fueron vendidos y allí se construyen edificios privados, mientras que más de la mitad de la superficie fue rezonificada para hacer espacios públicos, aunque de momento no hay ninguna novedad sobre ese proyecto.
Agrupados en un colectivo por la creación del parque, los vecinos y vecinas de Palermo que impulsan la causa se autodenominan «promotores del Parque del Maldonado«. Se dividen en comisiones de trabajo, como por ejemplo de difusión o de legales, y recorren las calles del barrio y hasta despachos de legisladores para intentar conseguir que en las 7 hectáreas de lo que supieron ser tierras operativas ferroviarias del San Martín -semi abandonadas- haya árboles y sitios culturales.
Alejandro Lacreu, vecino del barrio e integrante del colectivo, señala a este diario que, antes que nada, la posible recuperación de esas tierras para uso público tiene una importancia ambiental: «El territorio del que estamos hablando es un eslabón fundamental en una cadena de espacios que genera un biocorredor desde la costa del Río de la Plata hasta los terrenos de Agronomía. Ese biocorredor hoy está interrumpido porque justamente falta este eslabón que sería muy importante para enfrentar el efecto de isla de calor que está sufriendo Buenos Aires por falta de verde, de árboles y de suelo absorbente«.
En efecto, el explayón de Palermo está justo en el medio de una línea verde que podría trazarse desde el conjunto del Parque Tres de Febrero hasta Agronomía, pasando por espacios como el Parque Los Andes de Chacarita y el Parque La Isla de La Paternal. Los terrenos reclamados por los vecinos corren por debajo y por los costados del viaducto del San Martín, desde Niceto Vega hasta la altura de Soler. Allí, en el cruce de Soler y Atacalco, ya se construyó un pequeño parque de media manzana enfrentado al Polo Científico Tecnológico, la sede del Conicet y su Parque de las Ciencias: la posible transformación en parque de los terrenos restantes podría terminar de conformar una línea de espacios verdes desde Niceto Vega hasta el punto en que hoy inicia el Distrito Arcos controlado por el Grupo IRSA.
La cuestión es, más verde o más negocios
Es que se trata de una zona muy codiciada por el negocio inmobiliario: allí mismo, en las dos manzanas entre Atacalco, Soler, Godoy Cruz, Nicaragua y María Teresa Ferrari, ya se construyen edificios que sólo fueron posibles porque la Legislatura porteña aprobó en 2012 la Ley N° 4.477, la norma que rezonificó todos los terrenos de esa explaya ferroviaria, así como la de Liniers y la de Caballito. En el caso de Palermo, los terrenos en cuestión fueron rezonoficados bajo el nombre de «Nuevo Palermo«, que permite la venta de algunos terrenos para construcción de edificios, mientras define que el 65 por ciento de la superficie debe ser destinado a espacios públicos.
Lacreu indica que «hay seis terrenos que ya se vendieron, cinco de ellos son parcelas que están en construcción en la manzana de Godoy Cruz y Nicaragua, y otra parcela cruzando Nicaragua que también está vendida». «Después hay diez parcelas, de un lado y del otro del viaducto, que están en venta y aún no se han vendido«, agrega. Aunque el deseo mayor es que esos terrenos no se vendan y no se construyan edificios, los vecinos saben que esa pelea es difícil, casi un «hecho consumado«, según se lamenta Lacreu. Pelean, así, por obtener lo que ya está establecido por ley: que los terrenos que se tienen que abrir al uso público, se abran al uso público.
«Estamos luchando para que lo hagan de una vez por todas y para que sea todo verde, porque decir ‘espacio público’ no significa directamente decir ‘espacio verde’, y sabemos que hay un proyecto oficial que busca abrir hasta once calles y veredas dentro del predio, lo que significaría agregar más hormigón a la zona sin ningún sentido: ahí no hay ningún conflicto de transito que lo justifique», señala el miembro del colectivo vecinal.
Aunque ninguno fue confirmado, los proyectos oficiales conocidos hasta ahora incluyen la apertura de calles como la continuación hasta Juan B. Justo, de Costa Rica, Nicaragua y El Salvador, así como una nueva calle que circularía en paralelo al parque. Desde el Colectivo por el Parque Maldonado indican que «hicimos un estudio sobre el tránsito y el sentido de las calles y determinamos que la única apertura que podría tener sentido es la de Costa Rica, pero nos oponemos a la apertura de todas las demás porque implica más hormigón, calor, y porque no tendríamos un bosque continuo sino canteros diseminados«.
El punto es sustancial para conseguir ese anhelo que para los vecinos constituye el «bosque urbano«, un tipo de espacio verde que se distingue de un parque tradicional, no sólo por su cantidad de árboles sino por la continuidad entre ellos, algo que se vería interrumpido por la posible apertura de calles. Pero no se contentan sólo con el bosque sino que buscan que el espacio también tenga un sentido cultural relacionado con la identidad barrial de Palermo. En el proyecto de ley que presentaron hace dos años, y que en 2026 volverán a presentar con retoques, incluyeron el uso de determinados espacios del parque para fines culturales.
Es clave la conservación de los edificios de talleres existentes, patrimonio ferroviario con un siglo de historia, que los vecinos proponen restaurar para construir los espacios culturales, en un modelo que ya fue utilizado en el Parque de la Estación de Balvanera. Lacreu indica que los galpones tienen 200 metros de largo y están dentro de lo que está destinado para
espacio público: «Pueden ser usados para albergue de todas estas actividades
culturales y para un centro de interpretación con un pequeño museo, e incluso como sede de la Comuna N°14 que hoy funciona con una sede prestada».
En el proyecto de ley se indica que el parque deberá tener una cancha de futsal dentro de los galpones para los clubes del barrio, un espacio de «huerta escuela comunitaria tomando la historia de las desarrolladas a orillas del Maldonado», una anfiteatro para 100 personas, un paseo de las esculturas «que reviva la tradición de Buenos Aires y aluda a hitos de Palermo» y un «rincón del ferrocarril» en la caseta de señales del predio. Y se prevén dos paseos: uno con «carteles alusivos a la historia, evolución y presente del parque«, y otro «de los escritores» con instalaciones evocando a Borges, Cortázar, Evaristo Carriego, María Elena Walsh y Arlt, quienes nacieron o vivieron en Palermo». Más un «rincón del tango» en los galpones destinado a la «difusión y enseñanza y la realización de Milongas, con énfasis en el rol histórico del barrio, aludiendo a las primeras milongas en ‘Lo de Hansen’, ‘El tambito’ y las distintas pulperías».
Más historias
¿Por qué el "feriado de octubre" se convirtió en tendencia en Google?
La violencia política de género en Argentina afecta a 8 de cada 10 mujeres dirigentes
Daniel Filmus presentó su libro sobre ciencia y tecnología