Martín Guzmán presentó en La Plata el Reporte del Jubileo, el trabajo que el Papa Francisco le encargó junto al Premio Nobel Joseph Stiglitz para proponer una reforma de la arquitectura financiera internacional. El encuentro se realizó en la Universidad Católica, con la organización del arzobispo Gustavo Carrara, el primer cura villero promovido a obispo por Jorge Bergoglio.
El documento, elaborado por más de treinta expertos internacionales, denuncia que tres mil cuatrocientos millones de personas viven en países que destinan más recursos al pago de intereses que a la salud, y dos mil cien millones en naciones que priorizan la deuda por sobre la educación. “La dignidad de cada persona debe estar en el centro de la economía”, afirmó Carrara, enmarcando el evento en la tradición cristiana del Jubileo.
Guzmán advirtió que “la dinámica global es asimétrica: en cada crisis, los capitales migran hacia economías seguras, dejando sin recursos a los países en desarrollo”. Según explicó, el informe es “un llamado urgente a la acción para reformar las reglas que hoy agravan la desigualdad global”. El texto fue presentado oficialmente el 20 de junio en el Vaticano, con el respaldo de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, y ya tuvo presentaciones en Francia, Estados Unidos y España.
Entre sus principales propuestas, el reporte plantea medidas concretas para aliviar las deudas insostenibles, prevenir futuras crisis y promover un desarrollo sostenible en los planos económico, social y ambiental. Para Francisco, el Jubileo 2025 representa una oportunidad para repensar las estructuras económicas desde la ética y la justicia social.
Uno de los ejes del documento es la regulación de los flujos de capital, una herramienta que muchos países perdieron por presiones externas desde los años ochenta. Recuperarla permitiría limitar los capitales especulativos de corto plazo que generan burbujas y salidas abruptas, como ocurrió durante el gobierno de Mauricio Macri en 2018 y 2019, cuando se fugaron más de veinte mil millones de dólares. Según el informe, se trata de una prerrogativa soberana que no debe ser penalizada por los organismos multilaterales.
Otro punto clave es la reforma de la ley de Nueva York, bajo la cual se emite buena parte de la deuda argentina. El Jubilee Report respalda los cambios legales que impidan que fondos buitre bloqueen reestructuraciones, como en 2014. El Senado de ese Estado ya los aprobó, y si la Asamblea los ratifica, Argentina contaría con un marco más justo y previsible para futuras negociaciones.
El informe también reclama un cambio de rumbo en el Fondo Monetario Internacional: dejar de otorgar préstamos para rescatar acreedores privados y orientar los fondos hacia programas de desarrollo. “Si el préstamo está influenciado por consideraciones geopolíticas o calendarios electorales, puede conducir a un endeudamiento insostenible”, advierte el texto.
Por último, propone reducir las tasas y sobrecargos del FMI, que hoy encarecen el financiamiento para los países en crisis. Dichos sobrecostos suelen penalizar a los países que más endeudados están y que sufren por lo tanto escasez de recursos para destinar a otros fines.
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