8 de noviembre de 2025

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Habló el joven al que le desfiguraron la cara a golpes por ser gay: "Fue una pesadilla"

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«Me tocaba los dientes con la lengua y tenía todo chueco abajo, me quería matar, era un horror, una película de terror, una pesadilla”. Así describió Juan Sabín el momento posterior al brutal ataque homoodiante del que fue víctima a la salida de un boliche en el barrio porteño de Palermo. “Dejámelo a mí, yo siempre quise pegarle a uno de estos”, le dijo el agresor a su acompañante antes de golpear al joven de 24 años. 

Al no tener prepaga ni obra social, el joven abrió una campaña de recaudación en las redes sociales para llegar a la cifra de 7 millones de pesos que tuvo que pagar para que le reconstruyeran el rostro, debido a que la golpiza le provocó una doble fractura de mandíbula. «El lunes pasado me hicieron una operación maxilofacial, me pusieron placas, tengo como 16 tornillos en la cara», detalló en declaraciones a Futurock.

“No me dolió tanto la operación, duró un montón porque te tienen que acomodar toda la mandíbula y la mordida. Me dolía más psicológicamente, verme así todo deformado me cuesta”, reconoció Sabín, a quien aún le cuesta hablar de corrido por el dolor.

Historia de Instagram compartida por Juan Sabín tras el ataque

Además, aseguró que le da vergüenza  que lo vean en ese estado, motivo por el cual no sale de su casa ni para encontrarse con amigos. “Le tuve que poner un parate a mi vida, no puedo comer ni hacer las cosas que hacía siempre. No puedo ir al gimnasio”, graficó.

“Quiero que se haga justicia cuanto antes. Aparentemente, a los agresores ya los tenemos identificados, más que eso no puedo contar por que está en el sumario”, confirmó. El episodio ocurrió en la madrugada del sábado 16 de agosto, hace ya más de dos semanas.

Sabín lamentó los discursos de odio que «la gente de poder normaliza». “En estas últimas fechas se nota más, después de mi caso hubo dos o tres más», lamentó. Y es que en apenas 10 días hubo otros dos sucesos homoodiantes además de este. 

El miércoles de la semana pasada a Lucas Nocito, de 43 años, le cortaron los cables, le rompieron las cámaras de seguridad y le quemaron la cerradura y el picaporte eléctrico. «Te pasa por puto», le escribieron en la puerta de su casa, ubicada en Tigre, Provincia de Buenos Aires.

El tercer episodio tuvo lugar en Ituzaingó, en el conurbano bonaerense. A Norberto Lorenzo, psicólogo y cofundador de la Comunidad Católica Gay de Buenos Aires, le rompieron el vidrio de la puerta de su consultorio.

«Dejámelo a mí, yo siempre quise pegarle a uno de estos”

«Yo estaba en el boliche Rheo con un amigo que vino de visita desde Estados Unidos y en un momento lo llamaron para avisarle que se había muerto su abuela. El pibe estaba como en un ataque de pánico, se quiso ir y nos fuimos. Eran las cinco y pico de la madrugada», contó Juan Sabín a Página|12 hace algunos días.

«Caminamos por el Paseo de la Infanta hasta avenida del Libertador para pedir un Uber y mientras lo pedimos mi amigo sollozaba, lloraba atacado. En eso pasaron dos chicos y empezaron a sollozar como él, ¿viste? Como que le hacían burla. Y yo agarré y les dije algo. No me quedé de brazos cruzados, les dije como que no, no pintaba lo que estaban haciendo. Se dieron vuelta, vinieron corriendo y se me tiraron encima. El flaco le dijo al amigo: “Dejámelo a mí, yo siempre quise pegarle a uno de estos”, continuó su relato.

«Me tira a las patadas, yo no metí ni una piña porque no sé pelear y en el piso me pega una patada y quedé todo ensangrentado. Me tocaba los dientes con la lengua y tenía todo chueco abajo, me quería matar, era un horror, una película de terror, una pesadilla”, graficó, con dificultad para hablar, pero también para revivir el momento.

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